Oh María Reina Celestial y señora sobre todo lo creado, a quien Dios concedió la plenitud del poder sobre todos los demonios y sobre toda fuerza tenebrosa,con el corazón oprimido te entrego todo mi ser.
Oh Inmaculada Concepción,
rompe en mi toda tentación.
Oh Santísima Virgen María
intercede ante tu hijo Jesucristo
para que me purifique de todo vestigio de pecado.
Oh terror de los demonios,
te suplico ejercer tu poder atemorizante
sobre toda fuerza tenebrosa que me amenaza,mas poderosa Señora yo te suplico,ordena a los demonios que me atormentan,me inquietan en espíritu, me quitan toda paz de corazón,
me paralizan en las trampas del miedo, del temor y de todo estado de ánimo
y que me conducen al pecado y al vicio,
que se postren a tus pies para ser castigados y humillados por Ti.
Ordénales alabar y glorificar tu poder sobre ellos y que arrodillados a tus pies, confiesen que tu eres su Señora.
Para mi completa liberación, me consagro a Ti completamente, incondicionalmente y eternamente
y proclamo con todos los ángeles y santos, tu ilimitado y avasallador poder sobre todos los demonios, y sobre todos sus planes e intrigas.
Oh poderosa Señora de las almas,
protégeme
Oh poderosa Señora de las almas,
libérame.
Oh poderosa Señora de las almas,
Gobierna sobre mi y sobre mi vida.
Oh María poderosa Señora de las almas,
gobierna sobre toda fuerza tenebrosa
Amén.
LETANIAS A NUESTRA SEÑORA DE LA LIBERACIÓN
Dios, Hijo, Redentor del mundo,
Trinidad Santa, un solo Dios,
Santa María, Nuestra Señora de la Liberación,
Santa María, Nuestra Señora de las Victorias,
Santa María, en quien reposó el Poder del Altísimo,
Santa María, cuyo Hijo aplastó la cabeza de satanás,
Santa María, vestida de Sol, invulnerable a los ataques de satanás,
Santa María, que nos protege contra el dragón furioso,
Santa María, refugio de los pecadores,
Santa María, liberadora y salud de los enfermos,
Santa María, esperanza de los desesperados,
Santa María, que proporcionaste a Isabel una feliz liberación,
Santa María, protectora de la mujer en cinta,
Santa María, buena liberación de las mujeres que trabajan,
Santa María, consoladora de los niños abortados,
Del poder y de las tentaciones de satanás,
De la seducción de los ídolos y de las falsas doctrinas,
De las posesiones demoniacas,
De los embustes perniciosos del espíritu de las tinieblas,
De los ataques de brujos y maestros ocultos,
De los pactos diabólicos que nos hacen esclavos de satanás,
De la idolatría, del espiritismo y del satanismo,
De las sectas, brujerías y sociedades secretas,
De las trampas de la adivinación y de las falas predicciones,
De las falsas visiones y de los sueños engañosos,
De embrujos, sortilegios y maleficios,
Del espíritu de muerte que imulsa al suicidio y al homicidio,
De las enfermedades provocadas por sortilegios,
De las plagas y pestilencias devastadoras,
Del hambre, de la violencia y de la guerra,
De los accidentes mortales,
De las enfermedades contagiosas,
De la esterilidad de origen maléfico,
De toda amenaza contra los niños en el seno materno,
De alumbramientos dificiles,
De los traumatismos de nuestra infancia,
De las perversiones de las que son víctimas los niños,
De las angustias del alma y de los males del cuerpo,
De las ataduras genealógicas que afectan a los vivos,
De las desapariciones misteriosas de parientes próximos,
De los bloques de la vida sentimental y de nuestras facultades mentales,
De los estragos que causan la impiedad,
De los avances del descreímiento y de la civilización de la muerte,
De la tentación contra la fe,
De las comuniones indignas y sacrílegas,
De la desesperanza y del desánimo,
Del espíritu de miedo que mata la fe en Dios,
Virgen María, libéranos.
De la tibieza en el servicio a Dios,
Del espíritu de orgullo y de dominio,
Del endurecimiento en el pecado,
Del pecado contra el Espíritu Santo,
Del no querer perdonar a nuestros enemigos,
De los pensamientos de odio y de los pensamientos impuros,
De los embustes del demonio a la hora de la muerte,
De los sufrimientos del Purgatorio,
De la condenación eterna,
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo,
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo,
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros, Señor.
Cristo, vencedor de la muerte,
Cristo, vencedor de satanás,
atiende nuestras súplicas.
Espíritu Santo, el liberador,
Espíritu Santo, el consolador,
atiende nuestras súplicas.
Oh María, sin pecado concebida,
ruega por nosotros que recurrimos a ti.
Ruega por nosotros, Nuestra Señora de Liberación para que seamos liberados de todas nuestras tribulaciones.
Te alabamos, oh Dios, por tu amor, tu misericordia y tu poder, por la victoria de la Sangre del Cordero, tu Hijo Nuestro Señor Jesucristo. Te alabamos por nuestra Madre, la Virgen María. Concede a todos los que se refugian bajo su maternal protección, la liberación de los males que les afligen, líbrales del poder de las tinieblas para que vivan en la libertad de los hijos de Dios, en el cortejo triunfal de Cristo Resucitado. Amén.