Modo de hacer la novena de emergencia.
Rezar el Memorare nueve veces seguidas teniendo presente la intención o necesidad particular y añadir uno más como muestra de agradecimiento, tal y como hacía Santa Teresa de Calcuta.
La oración del Memorare es la siguiente:
Cuando se encuentre con una dificultad urgente y ansiosa, consuélese, pídale a la santa Madre Teresa que se una a usted y comience con Acordaos.
Por la señal de la santa Cruz
Invocación al Espíritu Santo
(tres veces)
1.Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio y reclamando Vuestro Socorro, haya sido desamparado por Vos. Animado por esta confianza, a Vos acudo, oh Madre, Virgen de las Vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos. Oh madre de Dios, no desechéis mis súplicas ante la necesidad, antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén”.
Ave María purísima
2.Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio y reclamando Vuestro Socorro, haya sido desamparado por Vos. Animado por esta confianza, a Vos acudo, oh Madre, Virgen de las Vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos. Oh madre de Dios, no desechéis mis súplicas ante la necesidad, antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén”.
Ave María purísima
3.Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio y reclamando Vuestro Socorro, haya sido desamparado por Vos. Animado por esta confianza, a Vos acudo, oh Madre, Virgen de las Vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos. Oh madre de Dios, no desechéis mis súplicas ante la necesidad, antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén”.
Ave María purísima
3.Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio y reclamando Vuestro Socorro, haya sido desamparado por Vos. Animado por esta confianza, a Vos acudo, oh Madre, Virgen de las Vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos. Oh madre de Dios, no desechéis mis súplicas ante la necesidad, antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén”.
Ave María purísima
4.Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio y reclamando Vuestro Socorro, haya sido desamparado por Vos. Animado por esta confianza, a Vos acudo, oh Madre, Virgen de las Vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos. Oh madre de Dios, no desechéis mis súplicas ante la necesidad, antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén”.
Ave María purísima
5.Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio y reclamando Vuestro Socorro, haya sido desamparado por Vos. Animado por esta confianza, a Vos acudo, oh Madre, Virgen de las Vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos. Oh madre de Dios, no desechéis mis súplicas ante la necesidad, antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén”.
Ave María purísima
6.Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio y reclamando Vuestro Socorro, haya sido desamparado por Vos. Animado por esta confianza, a Vos acudo, oh Madre, Virgen de las Vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos. Oh madre de Dios, no desechéis mis súplicas ante la necesidad, antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén”.
Ave María purísima
7.Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio y reclamando Vuestro Socorro, haya sido desamparado por Vos. Animado por esta confianza, a Vos acudo, oh Madre, Virgen de las Vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos. Oh madre de Dios, no desechéis mis súplicas ante la necesidad, antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén”.
Ave María purísima
8-Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio y reclamando Vuestro Socorro, haya sido desamparado por Vos. Animado por esta confianza, a Vos acudo, oh Madre, Virgen de las Vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos. Oh madre de Dios, no desechéis mis súplicas ante la necesidad, antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén”.
Ave María purísima
9.Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio y reclamando Vuestro Socorro, haya sido desamparado por Vos. Animado por esta confianza, a Vos acudo, oh Madre, Virgen de las Vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos. Oh madre de Dios, no desechéis mis súplicas ante la necesidad, antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén”.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espiritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amen.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espiritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amen.
En el nombre del Padre...
Rezar el Memorare nueve veces seguidas teniendo presente la intención o necesidad particular y añadir uno más como muestra de agradecimiento, tal y como hacía Santa Teresa de Calcuta.
La oración del Memorare es la siguiente:
Cuando se encuentre con una dificultad urgente y ansiosa, consuélese, pídale a la santa Madre Teresa que se una a usted y comience con Acordaos.
Por la señal de la santa Cruz
Invocación al Espíritu Santo
Ven Espíritu Santo, ven
por medio de la poderosa intercesión
del Corazón Inmaculado de María
Tu Amadísima Esposa, ven.
(tres veces)
1.Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio y reclamando Vuestro Socorro, haya sido desamparado por Vos. Animado por esta confianza, a Vos acudo, oh Madre, Virgen de las Vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos. Oh madre de Dios, no desechéis mis súplicas ante la necesidad, antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén”.
Ave María purísima
2.Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio y reclamando Vuestro Socorro, haya sido desamparado por Vos. Animado por esta confianza, a Vos acudo, oh Madre, Virgen de las Vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos. Oh madre de Dios, no desechéis mis súplicas ante la necesidad, antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén”.
Ave María purísima
3.Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio y reclamando Vuestro Socorro, haya sido desamparado por Vos. Animado por esta confianza, a Vos acudo, oh Madre, Virgen de las Vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos. Oh madre de Dios, no desechéis mis súplicas ante la necesidad, antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén”.
Ave María purísima
3.Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio y reclamando Vuestro Socorro, haya sido desamparado por Vos. Animado por esta confianza, a Vos acudo, oh Madre, Virgen de las Vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos. Oh madre de Dios, no desechéis mis súplicas ante la necesidad, antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén”.
Ave María purísima
4.Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio y reclamando Vuestro Socorro, haya sido desamparado por Vos. Animado por esta confianza, a Vos acudo, oh Madre, Virgen de las Vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos. Oh madre de Dios, no desechéis mis súplicas ante la necesidad, antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén”.
Ave María purísima
5.Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio y reclamando Vuestro Socorro, haya sido desamparado por Vos. Animado por esta confianza, a Vos acudo, oh Madre, Virgen de las Vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos. Oh madre de Dios, no desechéis mis súplicas ante la necesidad, antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén”.
Ave María purísima
6.Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio y reclamando Vuestro Socorro, haya sido desamparado por Vos. Animado por esta confianza, a Vos acudo, oh Madre, Virgen de las Vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos. Oh madre de Dios, no desechéis mis súplicas ante la necesidad, antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén”.
Ave María purísima
7.Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio y reclamando Vuestro Socorro, haya sido desamparado por Vos. Animado por esta confianza, a Vos acudo, oh Madre, Virgen de las Vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos. Oh madre de Dios, no desechéis mis súplicas ante la necesidad, antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén”.
Ave María purísima
8-Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio y reclamando Vuestro Socorro, haya sido desamparado por Vos. Animado por esta confianza, a Vos acudo, oh Madre, Virgen de las Vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos. Oh madre de Dios, no desechéis mis súplicas ante la necesidad, antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén”.
Ave María purísima
9.Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio y reclamando Vuestro Socorro, haya sido desamparado por Vos. Animado por esta confianza, a Vos acudo, oh Madre, Virgen de las Vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos. Oh madre de Dios, no desechéis mis súplicas ante la necesidad, antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén”.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espiritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amen.
Añadir uno más como muestra de agradecimiento, tal y como hacía Santa Teresa de Calcuta.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espiritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amen.
En el nombre del Padre...
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